Capítulo 32
Cristian
Dos años habían pasado
desde la partida de Lena, como ella predijo las cosas se calmaron y marchaban
bien.
Mis sentimientos
por ella estaban intactos, como cualquier hombre despechado sostuve
innumerables relaciones con mujeres cuyos nombres no mencionare por que como
Nam dijo, “Los hombres somos caballeros antes que nada”.
Ella seguía en
mis pensamientos, no sé si estaba sola, si tendría alguien a su lado, pero yo
estaba solo, sumergido en el trabajo.
Saque el celular
de la bolsa trasera de los Jeans, Monique estaba al teléfono.
-¿Cris?
-Si Monique, dime,
¿necesitas algo?
-No, todo está bien
¡Laurita ya despertó, todos estamos en el hospital!- gritaba de la emoción
-En este momento
voy para allá- conteste sonriendo
emocionado.
Salí del taller
y empecé a manejar rumbo al hospital, en dos años, esa era la primera buena
notica que recibía de índole personal.
Al llegar al
hospital todos estaban reunidos, cuando entre a la habitación los presentes se
hicieron a un lado para dejarme pasar. En cuanto me miró se sonto a llorar y también
yo, era el momento ideal para sacar todo l que llevaba guardado por tanto
tiempo, Laurita me daba el pretexto. Corrí a abrazarla, lloramos juntos por 5
minutos.
-Vamos a salir
un momento a hacer el papeleo, esperen aquí un momento por favor-dijo el padre
de Laurita.
-Si señor-
conteste
La multitud empezó
a salir, El hermano de Lena y su esposa que habían rescatado su matrimonio después
de asistir a terapia para poder apoyar a su hijo, regresaron con Alex al pabellón
de psiquiatría.
Los demás amigos
uno a uno se despidieron y salieron, al igual que sus padres.
-Tu prima
Monique que es una dulzura me ha puesto al tanto de todo Cris, quiero, necesito
ver a Alex.
-Tranquila nena,
hoy debes descansar y platicar con tus padres, mañana podrás verlo- sugerí
-También me dijo
lo de Lena, Lo siento mucho.
-No te
preocupes, aun duele, pero fue una decisión que ella tomó y no pude hacer nada
para detenerla- me levante de la cama,
camine hacia la ventana con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.
-Todo se resolverá
Cris, ya verás.
-Tu descansa, ve
a casa y me avisas para estar presente cuando vayas a ver a Alex ¿Ok?
-Sí, es un
trato- extendió la mano para que selláramos la promesa y sonrió.
Sus padres
entraron, ella se marcho a descansar a casa después de estar dos años inconsciente.
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