Capítulo 25
Lena
Como buena
cobarde que huye de los problemas negándose a sí misma la existencia de estos, habían
pasado 4 días desde que tuve el penoso encuentro con Jorge. Extrañamente no me
avergonzaba lo que pensaran los demás de mí esta vez, por el contrario el dolor
que estaba causando en dos personas tan importantes en mi vida me tenía al
borde de un colapso nervioso.
Por mis tontos escrúpulos
e ideas raras, había lastimado un inocente que nada tenía que sufrir una
batalla que había perdido desde antes de comenzarla y Cristian que era lo que
algunos llamarían el amor de mi vida.
Toc, toc, toc,
toc
Alguien llamaba
a la puerta, esperando no fueran malas noticias abrí la puerta. Cristian estaba
frente a mi nuevamente con esa cara de angustia que tanto acongojaba mi corazón,
el motivo de su visita lo desconocía totalmente aun así lo hice pasar.
-Pasa por favor
¿Necesitas algo?
-Lena por favor,
ya deja de comportarte como si nada pasara, dime ¿Qué sucedió con jorge? ¿En
que acabó todo?
-Cristian, eso
es algo que no debe preocuparte, el problema de Jorge es mío, pero por si te
interesa hemos terminado nuestra relación y mucho me temo que no quiere volver
a verme
-¡¿A qué te refieres
con que no es mi problema?!-Grito con
furia
-Sí, la relación
era mía, no tuya ¿Por qué te sientes con derechos sobre mí?- Conteste en el mismo tono y con mis ojos
casi saliendo de sus órbitas.
Camino hacia mí
y me tomo por los hombros para apretarlos mientras me decía:
-No me siento
con derechos, estoy preocupado Lena, estoy seguro que sientes lo mismo por mí,
ayer me di cuenta. Quiero que nos demos una oportunidad y no como amigos, como
una pareja normal que se ama y quiere pasar tiempo junto.
De un solo jalón
me libre de sus brazos y camine hacia la ventana.
-No puedo creer
que pienses en eso así como están las cosas con tu tío, no puedo seguir lastimándolo,
lo que le hice me remuerde la conciencia y no me deja dormir.
La idea cercana
y real de tener una relación con Cristian me asustaba por alguna razón estúpida.
Sentía las piernas débiles y tambaleantes y el corazón agitado.
- A él ya no lo
quieres lastimar; Pero cuando se trata de mi, todo lo que sale de tu boca y
actitudes son lastimosas, y dime una cosa antes de terminar, ¿Qué es lo que más
te remuerde la conciencia? ¿Que la gente te tache de mala mujer? O ¿Realmente
te importa el dolor de Jorge?
En un arranque
de coraje que no pude contener le di una cachetada con la mano derecha. Él se
puso a llorar.
-Gracias Lena,
eso era justo lo que me faltaba para darme cuenta de que tu y yo “JAMAS” vamos
a poder estar juntos.
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