sábado, 23 de enero de 2016

Dividida_Cap_16

DIVIDIDA
Capítulo 16

Lena




Dos cosas no podía sacarme de la mente, el golpe que Alex le propino a Laurita y las palabras de Cristian la mañana que nos encontramos…también al imbécil coreano retando su suerte con ese tipo de comentarios ofensivos cuando aun no nos conocíamos !Vaya idiota! Y pensar que debemos trabajar juntos.
Por sus costumbres y malos modales no tiene ninguna pinta de coreano, había leído en internet que son respetuosos de buenas costumbres pero este igualado se notaba ser de lo peor. Seguro era el hijo único oveja negra de la familia que hacia lo que quería y por eso se pasaba por donde quería las cortesías. Pero pensare mejor otras cosas porque ese tipo realmente me pone muy de malas.
Decidí llamar a Laurita, era un sábado a media mañana le propondría ir al cine y así platicar sobre lo que había ocurrido con mi sobrino, tome el celular y la llame
-Lau nena, ¿Tienes planes?-pregunte
-Hola lena, que agradable sorpresa. En realidad estoy sola en casa aburriéndome como un hongo-informó
-Pues quiero agradecerte Laurita por obligarme a ver tus series coreanas, creo que me sentí menos intimidada por el socio coreano que me presento jorge ayer gracias a ellas- sonreí al escucharme decirle semejante afirmación y me quitaba una espinillas que me había salido en la parte baja del cuello.
-¡Ja Ja Ja Ja Ja Ja Ja!- se carcajeó Laurita a través del celular-¿Tienes un coreano en la oficina?-Preguntó intrigada.
-No lo tengo en la oficina, es el socio de jorge para el nuevo proyecto, lo veré algunas ocasiones, y aparte es insufrible el muy maldito- conteste molesta.
-Creo que te visitare seguido para ver si me lo encuentro por ahí- amenazó
-Sería la primera cosa buena que hace el tipo ese. Pero te hablaba para invitarte al cine, quiero ver una película pero no tengo pareja ¿Me acompañas?-Casi rogué para que aceptara.
-No tienes que suplicar lena, será un placer, te veo en tu casa en una hora ¿Te parece?-preguntó.
-Me parece muy bien, te espero en lo que me baño y cambio. Todavía estoy en piyama.
Unos comentarios y saludos más hasta que colgamos. La mañana estaba avanzada ya, 11:00 am por lo mucho pero no tenía cerca un reloj para comprobarlo.
Fui a mi recamara, tome la toalla y me dirigí al baño para tomar una ducha, de repente se escucha que alguien llamaba a la puerta, tuve que posponer mi viaje a la regadera un poco más.
Al abrir la puerta sentí el aire frío que recorría mi cuerpo, me encontré con un Cristian de muy mal semblante recargado de la pared y las manos metías en los bolsillos del pantalón.
-¡Hola Cris! ¿Quieres pasar?- pregunté
Asintió con la cabeza sin dejar una palabra.
-Siéntate-Ofrecí-¿Necesitas algo?
-Sí, verte.
Jamás en los años que llevaba de conocerlo le había visto de esa manera, una persona completamente diferente. El corazón me dolió, si el sufría también yo, negar que lo amaba era en definitiva engañarme. Me senté a su lado y lo abrace sin reparos.
-Comprendo que no puedo pedir que dejes a jorge, pero no me pidas que deje de amarte lena, eso no lo puedo hacer
-Cris, yo…
-No digas nada, solo quiero que me permitas unos momentos- se recostó en el sofá y me jalo hacia él, para quedar acostados uno enfrente del otro.
Continuo con su relatoría- En cuanto te vi la primera vez los sentimientos surgieron lena, no sabía que era porque nunca los había experimentado, así de simple paso, así fue como me enamore de ti, después que supe que eras en cierta manera mayor imagine que te alejarías de mi. Nunca me has visto como una pareja potencial, siempre he sido un niño a tus ojos.
-Eso no…-me silencio colocando un dedo sobre los labios y continúo hablando.
-Por más que trate de parecer digno para ti nunca lo seré, no eres tú, tampoco soy yo, es ese miedo al fracaso que tienes, al que dirán, a las habladurías y toda esa maraña que te has formado de lo que esta correcto y lo que no. Contra eso no puedo competir, no es una lucha justa.
Se levanto del sillón y delicadamente me levanto a lado suyo.
-Es la última vez que te busco nena, Te amo y lo sabes, creo que siempre llevare ese sentimiento en el corazón, pero se perder y me retiro, se feliz con el hombre que elegiste como esposo.
No pude evitar estallar en llanto, los comentarios jamás fueron ofensivos pero dolían tanto, también lo amaba pero tenía razón, el miedo que la sociedad había generado en mi nos separaba. Me sentí estúpida, débil y sin personalidad.
Levante la mirada y la fije en sus ojos, las lágrimas se escurrían en su carita dulce.

Lentamente me tomo por la cintura y me besó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario