Capítulo 12
Lena
El reencuentro con
Cristian había pasado sin pena ni gloria, en él se notaba un semblante de paz y
tranquilidad muy diferente al de la última vez que nos habíamos visto, era
evidente que estaba tranquilo consigo mismo. La idea del enamoramiento
platónico que decía profesarme se había ido.
Aun me dolía recordarlo de esa
manera, aun guardaba sentimientos hacia su persona que no había podido superar,
por otro lado Jorge hacia todo lo necesario para hacerme sentir como reina de
una manera agradable, pero no era Cristian y a la fecha no había confesado
formalmente ningún interés formal por mí.
Jorge, un hombre de 35
años, de tez morena clara, delgado con poco músculo, guapo y con barba de
candado, era el azote de todas las mujeres solteras de la ciudad, en fiestas de
sociedad a las que acostumbraban invitar a las madres de la aristocracia del
lugar no les importaba que fuera acompañado por mí, siempre terminaban
presentando a sus hijas con él, se veían tan ofrecidas las pobres, así como yo
me escucho desesperada al hablar de la situación de esta manera.
Eso mismo pasaba hoy en
el restaurante al que salimos a comer después de la reunión, los hombres lo
miraban con admiración, las mujeres le coqueteaban y a mí por supuesto que me
odiaban, pero me gustaba la situación.
-Espero que esta vez no
quieras pretender ser un conejo-Bromeó
Jorge. Sonreí sutilmente.
-No te preocupes, hoy
si tengo demasiada hambre, tus jornadas laborales son agotadoras- respondí al tiempo que colocaba una
servilleta sobre las piernas.
-Lena-me tomo de ambas manos que descansaban sobre
la mesa del lugar-Seguramente sabes que estoy enamorado de ti, me gusta la
forma de ser tan segura que tienes, ya no eres una niña y sabes lo que quieres,
espero que algún día puedas corresponder mis sentimientos- dijo sin ningún reparo ni pelo en la lengua.
Era evidente que estaba
al tanto de sus sentimientos, si no por qué tanta amabilidad para conmigo, le
perdono lo de la seguridad que tengo por qué seguramente eso piensa él, pero
decir que ya no soy una niña fue un golpe muy bajo que le resto puntos, JAMAS, escúchenlo
muy bien hombres, JAMAS, se metan con la edad de una mujer, Y MENOS, cuando
esta la acompleja, pero era un buen partido por lo que me trague mis palabas.
-Sabes que te aprecio
mucho Jorge, y me encanta tú compañía, espero que el tiempo pueda convertir
estos sentimientos que tengo en amor- le
aclare para no herir susceptibilidades.
-Si tu quisieras ser mi
esposa esperaría todo lo necesario a que tú me quisieras, estar solo no es
agradable Lena- Confiesa y toca mi
mejilla izquierda con la yema de sus dedos.
-Eso ya lo decidirá el
tiempo más adelante Jorge, no nos apresuremos y continuemos como hasta ahora.
Ser Honesta con Jorge
era mucho más sencillo que con Cristian, aunque había mayor diferencia de
edades con el primero, ambos estábamos en la misma sintonía y buscábamos lo
mismo, estabilidad y una pareja segura.
Desde ese día Jorge se
mostró más amable y dulce, me recogía en casa por las mañanas y cuando era muy
noche me acompañaba de regreso, las flores y los chocolates jamás faltaban en
mi escritorio, en la agencia ya se hablaba del noviazgo del jefe con la chica
nueva.
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