martes, 19 de enero de 2016

Dividida_Cap_12

DIVIDIDA
Capítulo 12

Lena






El reencuentro con Cristian había pasado sin pena ni gloria, en él se notaba un semblante de paz y tranquilidad muy diferente al de la última vez que nos habíamos visto, era evidente que estaba tranquilo consigo mismo. La idea del enamoramiento platónico que decía profesarme se había ido.

Aun me dolía recordarlo de esa manera, aun guardaba sentimientos hacia su persona que no había podido superar, por otro lado Jorge hacia todo lo necesario para hacerme sentir como reina de una manera agradable, pero no era Cristian y a la fecha no había confesado formalmente ningún interés formal por mí.

Jorge, un hombre de 35 años, de tez morena clara, delgado con poco músculo, guapo y con barba de candado, era el azote de todas las mujeres solteras de la ciudad, en fiestas de sociedad a las que acostumbraban invitar a las madres de la aristocracia del lugar no les importaba que fuera acompañado por mí, siempre terminaban presentando a sus hijas con él, se veían tan ofrecidas las pobres, así como yo me escucho desesperada al hablar de la situación de esta manera.

Eso mismo pasaba hoy en el restaurante al que salimos a comer después de la reunión, los hombres lo miraban con admiración, las mujeres le coqueteaban y a mí por supuesto que me odiaban, pero me gustaba la situación.

-Espero que esta vez no quieras pretender ser un conejo-Bromeó Jorge. Sonreí sutilmente.

-No te preocupes, hoy si tengo demasiada hambre, tus jornadas laborales son agotadoras- respondí al tiempo que colocaba una servilleta sobre las piernas.

-Lena-me tomo de ambas manos que descansaban sobre la mesa del lugar-Seguramente sabes que estoy enamorado de ti, me gusta la forma de ser tan segura que tienes, ya no eres una niña y sabes lo que quieres, espero que algún día puedas corresponder mis sentimientos- dijo sin ningún reparo ni pelo en la lengua.

Era evidente que estaba al tanto de sus sentimientos, si no por qué tanta amabilidad para conmigo, le perdono lo de la seguridad que tengo por qué seguramente eso piensa él, pero decir que ya no soy una niña fue un golpe muy bajo que le resto puntos, JAMAS, escúchenlo muy bien hombres, JAMAS, se metan con la edad de una mujer, Y MENOS, cuando esta la acompleja, pero era un buen partido por lo que me trague mis palabas.

-Sabes que te aprecio mucho Jorge, y me encanta tú compañía, espero que el tiempo pueda convertir estos sentimientos que tengo en amor- le aclare para no herir susceptibilidades.

-Si tu quisieras ser mi esposa esperaría todo lo necesario a que tú me quisieras, estar solo no es agradable Lena- Confiesa y toca mi mejilla izquierda con la yema de sus dedos.

-Eso ya lo decidirá el tiempo más adelante Jorge, no nos apresuremos y continuemos como hasta ahora.

Ser Honesta con Jorge era mucho más sencillo que con Cristian, aunque había mayor diferencia de edades con el primero, ambos estábamos en la misma sintonía y buscábamos lo mismo, estabilidad y una pareja segura.


Desde ese día Jorge se mostró más amable y dulce, me recogía en casa por las mañanas y cuando era muy noche me acompañaba de regreso, las flores y los chocolates jamás faltaban en mi escritorio, en la agencia ya se hablaba del noviazgo del jefe con la chica nueva.

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