Capítulo 11
Cristian
Abriéndose las puertas del
elevador justo frente a mí estaba lena, revisando su agenda electrónica. Estaba
radiante justo como la recordaba, tenía cerca de mes y medio que no la veía desde
aquel penoso incidente.
El cabello castaño claro ondulado
apenas debajo de los hombros brillaba con mucha intensidad con el reflejo de
los rallos del sol mañanero, aunque bajita, los tacones que usaba le ayudaban a
disimular más de 20 cm de altura que le sacaba y ni hablar de su curvilínea figura,
para un hombre como yo era ideal, femenina y delicada, nada grotesco, pero con
muy buenas medidas.
Levanto la mirada y se sonrojó al
verme, se quedo callada.
-¡Hola Lena!- Le saludé, mi corazón latía demasiado recordándome
lo que sentía.
-¿Qué tal Cristian?, ¿Cómo estás?-
respondió ella al ver que no había ninguna
escapatoria.
-¿Va para la reunión? Pretendía salir
por un poco de aire fresco por que las oficinas me ahogan, pero Jorge marco requiriendo
la presencia de todos- le comente
regresando a la formalidad al hablarle de usted.
-Sí, debo estar presente para aclararles
algunas dudas en caso de que surjan- aclaro
sin mirarme a los ojos en ningún momento.
Subió al ascensor y no dirigimos ningún
tipo de comunicación hasta llegar al destino final, cuando la puerta se abrió
jorge estaba en espera de ella solicitando un reporte que había encargado con
anterioridad.
-Pasamos a la sala de juntas por
favor, son los únicos faltantes- Ordenó
mientras abría la puerta permitiéndonos el paso.
En una mesa circular nos sentamos
todos los socios, Jorge como presidente y cabeza de la empresa daba el reporte
de las finanzas del mes, el abogado de la tía Susy (la gemela de papá) asistía
en su nombre como apoderado legal, dado que ella vivía en el extranjero era
imposible que viajara cada mes, prefería que este último se encargará de
hacerle llegar el depósito de sus ganancias. También asistían 2 socios
minoritarios de la compañía, jamás me aprendí bien sus nombres, eran dos
viejitos que invirtieron los ahorros de su vida para comprar 2% cada uno.
La secretaria de jorge y lena
estaban sentadas fuera de los socios, para mi tío no era ético mezclarlos con
los trabajadores, por respeto a estos últimos, siempre lo admire por toda la determinación
que mostraba para los negocios.
El balance del mes fue positivo,
se veía que la mano de lena estaba beneficiando la economía de la empresa, era
agradable escuchar esas palabras, y más aun, sabes que al menos una vez al mes podría
ver su rostro ruborizado.
Acabada la sesión informativa,
todos nos retiramos del lugar, como caballeros un saludo de mano formal marco
el hecho de la partida.
El horario laboral en la agencia había
terminado, pude ver como lena se retiraba acompañada de jorge, se notaba que su
compañía le agradaba sobremanera, sonreían complacidos del resultado de la reunión.
Creí que había comprendido que entre ella y yo no podía existir ni amistad por
lo sucedido en valle, pero al verla con otro, imaginando que podían tener algo,
aquel coraje y mal genio que sentí en esa ocasión surgió nuevamente.
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