Capítulo 29
Cristian
Claramente
el destino se estaba ensañando conmigo nuevamente, primero Laurita y Alex,
después Jorge, y ahora Lena. Estaba casi convencido que la relación que jamás
tuvimos no la tendremos nunca, por sus ideas preconcebidas de lo que es
correcto y lo que no.
La
tarde casi terminaba y el sol empezaba a meterse tras el cerro que resguardaba
la ciudad, la mayoría de los mecánicos habían salido del trabajo, así que el único
disponible en ese momento era yo.
Una
lujosa camioneta Ford Lincoln MKX negra, una belleza de auto, el dueño sabía de
autos y también de derroche.
Me
acerque a él para poder atenderlo como se debe, la puerta se abrió, un ligero
olor a aristocracia se escapo del vehículo y un hombre que parecía estrella de
cine bajo.
-¡Hola
Chico Oppa!- me saludo con sarcasmo
-Señor
Nam, ¿Acaso se le perdió la dirección de Lena y espera que yo se la devuelva?- correspondí
-No
deberías meterla en una plática de caballeros, un hombre de honor jamás utiliza
a una mujer en sus justas con otros caballeros.
-Pues
claro está que ni usted es un hombre de honor, ya que se robo la novia del
socio; mucho menos somos unos caballeros ya que nuestra platica desde que usted
llego es sobre esa “dama”.
-Yo
no le robé la novia a nadie, es más, si queremos ser justos, el culpable de la separación
fuiste tú.
-¡Basta!
¿Necesita algún servicio? Porque estamos a punto de cerrar- le dije con mucha
ira en los ojos.
-Pequeño
chico Oppa, sabes, esta y muchas otras actitudes son por las que Lena no se
decide a estar contigo. Mira madamas, a la primera complicación que se te
presenta corres a los brazos de otro bombón, por que seamos sinceros, la
francesita es un caramelo. Y esa niñería de correrme de tu negocio, por dios
Cristian, madura.
-No
soy un plátano para madurar señor Nam- fue lo primero que se me ocurrió antes
de lanzarme a los golpes, pero eso solo respaldaría sus palabras.
-Sabes
Cristian, la madurez no tienen nada que ver con la edad. Los años te dan años,
pero la madurez te la da la experiencia, la manera en que superas y sales delante
de los obstáculos que la vida te ponga enfrente, huir no te hará madurar,
enfrentar las situaciones complicadas si lo hará.-no sabía si eso era un
reclamo o un consejo.
-No
estoy huyendo de los problemas señor Nam. Le estoy dando a Lena su espacio,
para que pueda decidir que quiere hacer. Ese consejo déselo a ella que ha
escapado de mí desde que la conocí
-Sus
razones tendrá- contesto
-En
todo caso, esta de más, ya tomo su decisión y no fui yo, no estuve a la altura
de sus necesidades.
-En
corea se pelea y se lucha hasta el fin por lo que realmente se quiere
-Pues
ya pelee demasiado, y esta guerra está perdida- conteste con mucha tristeza
-Entonces
no era lo que más anhelabas
-Usted
que puede saber de amores señor Nam
No creí
que los asiáticos estuvieran en pro de la violencia pero mis comentarios
molestaron sobre manera al coreano aquel, me tomo por el cuello de la camiseta.
-Si
conoces la dignidad no vuelvas a hablar de ninguna mujer donde solo hay
hombres, se un caballero- me soltó, dio media vuelta, subió a la camioneta y se
marcho.
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